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¿Por qué escriben novelas los artistas? ¿Qué efecto tiene la novela de artista en las artes visuales? ¿Cómo se debería experimentar una novela de este tipo? En los últimos años, se ha producido una proliferación de artistas visuales que crean novelas como parte de proyectos artísticos más amplios. Lo hacen para abordar cuestiones artísticas mediante recursos novelísticos, favoreciendo un tipo de arte basado en el proceso y la subjetividad, introduciendo nociones como la ficción, la narración y la imaginación. En este sentido, es posible hablar de un nuevo medio en las artes visuales, tal como el video o la performance. El artista e investigador David Maroto lleva adelante una serie de entrevistas que indagan en este cruce para el blog de Caja Negra. La primera fue con Clive Phillpot sobre la relación entre novela y libro de artista. En esta segunda entrega conversa con Kenneth Goldsmith, poeta, artista conceptual, editor fundador del archivo online UbuWeb y autor de Escritura no-creativa (Caja Negra, 2016) sobre el cruce entre literatura, artes visuales y tecnología.
Kenneth Goldsmith. Retrato por David Maroto. Cortesía del autor.
David Maroto: En tu libro Escritura no-creativa (Caja Negra, 2016) indicas la necesidad de que la literatura se ponga al día con respecto a las artes visuales, con el fin de volver a sacar filo a su perdido espíritu vanguardista. Algunos escritores con los que he hablado se muestran molestos por la insinuación de que la literatura ha quedado atrapada en el convencionalismo (incluso en el conservadurismo), mientras que las artes visuales son consideradas experimentales y progresistas. ¿Cuál es tu opinión sobre este estado de cosas?
Kenneth Goldsmith: Tengo la teoría personal de que la escritura en el siglo XX adoptó la crisis de representación de las artes visuales como propia, precipitando así la escritura modernista. Soy escéptico con respecto a que la escritura haya atravesado una crisis de magnitud igual o incluso paralela a lo que ocurrió con la pintura tras la invención de la fotografía. Como determinista tecnológico, estoy convencido de que la crisis de la pintura fue auténtica y necesaria. Pero, mientras que la invención del telégrafo o la máquina de escribir alteraron la escritura de manera muy interesante, lo hicieron con poco alcance, sin desafiar la naturaleza esencial del proyecto [literario]. Esa es mi justificación de por qué ha habido dos corrientes de escritura: la corriente de masas y la experimental; mientras que el mundo del arte, desde el impresionismo, se ha centrado principalmente en la innovación, abrazando la experimentación. Dicho esto, para la escritura, lo digital ha forzado una crisis de representación propia. Cuando la tecnología predominante de nuestro tiempo está impulsada y compuesta enteramente por lenguaje alfanumérico, el escritor se ve obligado a cambiar de dirección y encontrar nuevas formas de utilizar el lenguaje.
En Escritura no-creativa pones el énfasis sobre todo en la poesía. ¿Piensas que las artes visuales también podrían realizar una contribución significativa a la revitalización de la novela?
No. Las artes visuales no tienen nada que ver con el discurso literario. Esto no quiere decir que el trabajo que se produce [en las artes visuales] no pudiera tener un impacto en la literatura, ciertamente podría tenerlo, pero no es algo que le interese. Así que existen todo tipo de novelas geniales e innovadoras escritas por artistas visuales que nunca serán tomadas en serio como literatura. El contexto lo es todo. Si pones algo en el contexto literario, necesariamente será juzgado por la historia, los estándares y las preocupaciones de ese campo particular. La gente, por desgracia, tiende a dejar las cosas como están.
¿Dirías que la novela se ha convertido en un género literario obsoleto?
Depende del tipo de novela del que estemos hablando. Se ha dicho que Jonathan Franzen es el mejor novelista de América… de los años cincuenta. La mayoría de las novelas, aunque están escritas en una era tecnológica, reflejan poco de ese contexto en su escritura. Sin embargo, hay novelas, como Taipei, de Tao Lin, que son completamente contemporáneas. No puedo imaginar un libro que exprese mejor cómo debe ser sentirse un joven de veinticinco años hoy en día.
Para la escritura, lo digital ha forzado una crisis de representación propia.
En el arte contemporáneo existe un creciente interés en la ficción y, por otro lado, un uso renovado y generalizado del libro como medio artístico. Se diría que son las artes visuales las que están apropiándose de nociones que son particulares de la literatura, en lugar de al revés.
No creo. Si lees el artículo de Claire Bishop «The Digital Divide», verás que el mundo del arte fetichiza la tecnología obsoleta. El mundo del arte es un lugar reaccionario que se está volviendo anticuado a gran velocidad. En nuestro mundo contemporáneo, cuanto más abunda algo, más valor tiene. El mundo del arte todavía está obsesionado con la producción limitada y el objeto único. El mundo del arte teme lo digital más que cualquier otra cosa. Así que en respuesta a tu pregunta, el mundo del arte fetichiza los libros de papel: son obsoletos, no representan una amenaza, son pintorescos y están arraigados en valores antiguos. En comparación, ¿cuántos artistas están interesados en usar libros electrónicos?
En muchas novelas de artista, el artista/autor emplea las posibilidades que ofrece la ficción narrativa para jugar con (y también para socavar) nociones convencionales de autoría. Esto es muy evidente en los numerosos ejemplos que siguen estrategias de apropiación de otras novelas para producir sus textos, como Purloined: A Novel (2000) de Joseph Kosuth, Don Quixote (2006) de Gareth Long, y Legendary, Lexical, Loquacious Love (1996) de Karen Reimer, por nombrar algunos. ¿Cuál sería, en tu opinión, la razón detrás de este interés por desafiar la idea de autoría? ¿Y por qué parece ser la ficción narrativa un campo alentador para hacer esto dentro de las artes visuales?
La modernidad nos ha dado permiso para prescindir finalmente del autor. Casi cada movimiento modernista en la literatura ha erosionado la figura del autor; sea la escritura automática del surrealismo o la poesía del lenguaje. Con internet, finalmente podemos llevar a la práctica este permiso. Con respecto a tu segunda pregunta, creo que la he contestado en respuestas anteriores.
Hay una tendencia mucho más acentuada entre los artistas de habla inglesa, especialmente los estadounidenses, de emplear estrategias de apropiación al tratar con la novela de artista. ¿Cuál podría ser la causa de este interés? ¿Es la apropiación un rasgo cultural característico entre los artistas estadounidenses?
Estados Unidos no tiene tradición literaria, por lo que ha sido más fácil para nosotros romper con las ideas convencionales de la literatura. Los escritores estadounidenses tenemos pocos referentes y aún menos raíces. No necesitamos responder ante nadie. Además, trabajamos en un vacío cultural; dado que nuestro trabajo no participa de estructuras económicas, en nuestro país no somos de interés para nadie. Por lo tanto, nos dejan tranquilos para hacer nuestro trabajo. Nos hemos acostumbrado a no recibir apoyo, ni del gobierno ni de nadie más; eso nos ha hecho más fuertes. Cuando no tienes nada, no tienes nada que perder.
La modernidad nos ha dado permiso para prescindir finalmente del autor. Con internet, finalmente podemos llevar a la práctica este permiso.
Las obras de arte conceptual generalmente no consideran la experiencia del espectador dentro del proceso creativo. Es suficiente con aprehender el concepto y, una vez hecho esto, la experiencia de la obra se convierte en una actividad más bien redundante. De manera similar, muchos de los libros que entran en la categoría de escritura no-creativa no están hechos para ser leídos realmente. Por otro lado, como hemos mencionado anteriormente, la escritura no-creativa favorece la muerte del autor. Roland Barthes afirmó que la muerte del autor marca el nacimiento del lector. ¿Cómo posicionas la escritura no-creativa en relación con esta declaración?
No estoy de acuerdo en que el arte conceptual no tenga en cuenta la experiencia del espectador. El mejor arte conceptual trata precisamente de involucrar intelectualmente al espectador. Barthes no entendió que el lector podría no ser realmente humano, sino una máquina. La mayoría de la escritura hoy en día es leída más por máquinas (arañas web y bots de spam) que por humanos. De modo que sí tenemos el nacimiento de un lector, pero no es el lector que creíamos que iba a ser. En eso ha quedado el humanismo…
En tu proyecto Uncontested Spaces: Guerilla Readings in MoMA Galleries (Espacios sin disputar: Lecturas guerrilleras en las galerías del MoMA), en Nueva York, invitaste a varios escritores a responder a algunas obras de arte seleccionadas del museo y, posteriormente, leer sus escritos resultantes en público. ¿Es el futuro de la literatura y las artes visuales una fusión en una nueva forma?
No. Los poetas no son más que entretenimiento para el mundo del arte, al igual que los bailarines (como Jérôme Bel, Xavier Le Roy, Boris Charmatz y Michael Clarke) o los músicos (como Alan Vega, Alan Licht, David Grubbs, Red Krayola, Genesis P-Orridge, Matmos y Momus). El mundo del arte necesita cuerpos cálidos que hagan compañía a las frías pinturas, así que nos llaman para una noche de trabajo mal pagada. El público aplaude, bebe y se va a casa. Todo esto se hace a través de los departamentos de educación y programas públicos. Los curadores no tienen interés porque lo que hacemos no afecta a sus precios, inversiones, salarios o patrocinadores. Nada cambia. Lo siento.
Las artes visuales siempre han generado mucha escritura, pero generalmente es producida por terceros, como críticos de arte, curadores o historiadores del arte. ¿Estarías de acuerdo en que la actual proliferación de escritos y publicaciones de artistas (y, más particularmente, de novelas de artista) constituye un intento de reclamar el territorio de mediación entre su obra y el espectador?
Creo que los artistas hacen lo que hacen, a veces pintando, a veces trabajando en la web, a veces escribiendo novelas. No estoy tan seguro de que las obras se hagan con alguna intención más allá de satisfacer una necesidad de producción. El público es un elemento ilusorio y minúsculo. No me puedo imaginar que alguien esté tratando de cerrar tal brecha escribiendo novelas.
Barthes no entendió que el lector podría no ser realmente humano, sino una máquina. La mayoría de la escritura hoy en día es leída más por máquinas.Kenneth Goldsmith es un poeta, artista conceptual y editor fundador del archivo online UbuWeb. Enseña escritura no-creativa en la Universidad de Pensilvania. Es autor de Soliloquy (transcripción de cada palabra que el autor pronunció durante el transcurso de una semana); Day (la transcripción completa del ejemplar del 1 de septiembre de 2000 de The New York Times); The Weather (un año de informes meteorológicos transcritos) y la colección de ensayos Escritura no-creativa (Caja Negra, 2016). También ha coescrito Against Expression: An Anthology of Conceptual Writing con Craig Dworkin. Es el editor de I’ll Be Your Mirror: The Selected Andy Warhol Interviews y participó en dOCUMENTA(13) en Kassel, Alemania, en 2012. En 2013, fue nombrado el primer Poeta Laureado del MoMA, en Nueva York, donde organizó Uncontested Spaces: Guerilla Readings in MoMA Galleries, un proyecto en el que varios escritores respondieron a algunas obras de arte seleccionadas y luego leyeron sus textos resultantes en público.