Compartir
En A propósito de Godard, Harun Farocki y Kaja Silverman analizan en un rico diálogo ocho películas de Jean-Luc Godard, desglosando cada una de ellas secuencia por secuencia. Aquí se encargan del episodio 12 de Vivir su vida y leen en él un intrincado tejido de relaciones, representaciones e inversiones entre los personajes de la película, los personajes de un cuento de Poe, y los personajes de la vida real.
Harun Farocki: En el episodio 12, Vivir su vida finalmente logra su aspiración de volverse una película muda. La primera escena de este episodio consta de tres partes, separadas por fundidos, en las que Nana y el joven conversan en un cuarto de hotel. En la primera y en la última, lo que dicen se comunica por intertítulos, refiriéndonos otra vez a La pasión de Juana de Arco, de Dreyer.
Kaja Silverman: Pero el silencio de este episodio no es el silencio del que habla el filósofo en el anterior, ni el silencio de la muerte literal. Aquí hay comunicación lingüística, solo que representada a través del significante gráfico en lugar del fonético.
HF: Es significativo que esta es también la única escena en Vivir su vida que dramatiza una relación amorosa. Parece como si Godard quisiera que entendiéramos el silencio a través del que hablan Nana y el joven como el lenguaje del amor. La parte intermedia de la escena del hotel, en la que el silencio cede al discurso, sería así, por definición, de “desamor”.
KS: En esa sección del episodio 12, una voz masculina lee en voz alta pasajes de “El retrato oval” de Poe. Dado que el joven aparece leyendo de un volumen de Poe, al principio asumimos que estamos escuchando su voz. Sin embargo, el hablante de repente se identifica como Godard al dirigirse a Karina directamente, en tanto su marido y director. “‘El retrato oval’ es nuestra historia”, le dice, “un pintor que retrata a su amor”. Como has sugerido, el concepto crucial aquí no es el “amor”, sino algo que, al menos en este contexto, es implícitamente contrario: “retratar”. “El retrato oval” cuenta la historia de un artista que pinta el retrato de su mujer, y así le roba la vida. Godard parece estar diciéndonos que él también busca subsumir a su mujer bajo una representación mortificadora.
HF: Aquí hay otra razón por la que Godard compara la historia de Poe con la suya con Karina: en ambos casos, hay una rígida división de roles. En “El retrato oval” el hombre pinta y la mujer es pintada. Del mismo modo, Godard filma y Karina es filmada. Y, durante el breve interludio durante el cual Godard y Karina están presentes en persona en Vivir su vida, el hombre habla, y la mujer escucha. Aquí hay en juego una manipuladora muy a lo Svengali, o mejor, a lo Sternberg: la mujer tiene “talento”, pero ella no lo entiende por sí misma. Solo el artista hombre puede extraer la obra maestra eterna de la carne cotidiana de la mujer.
KS: Por supuesto, hemos escuchado la historia de “El retrato oval” muchas veces antes en Vivir su vida. Las narraciones sobre el pájaro, Juana de Arco, la mujer del artista y la propia Nana son sobre lo mismo, lo que podríamos llamar “deshacer” un sujeto. También del filósofo podríamos decir que ofrece una versión de este cuento, pero su versión difiere significativamente de las otras. No solo la muerte que él celebra es voluntaria y temporal, y no solo es el vehículo para llegar a un discurso “verdadero” y un tipo de subjetividad superior, sino que además no tiene género. En la historia que se relata usualmente en Vivir su vida, al contrario, la muerte es involuntaria y permanente; no provee acceso ni al discurso “verdadero” ni a ninguna forma más elevada de subjetividad; y la inflige un hombre o un grupo de hombres sobre una mujer. La subjetividad de una mujer es erradicada por y para un otro masculino.
HF: Cuando Godard dice “esta es nuestra historia”, entonces, parecería no solo referirse a “El retrato oval”, sino a toda Vivir su vida. Parecería estar comparándose no solo con el artista de Poe, sino también con Raoul, y con los clientes anónimos de Nana.
KS: Godard también se relaciona con estas figuras masculinas cada vez que muestra su cámara moviéndose un paso adelante respecto de Nana. Dice: “No puedo esperar el momento en el que Karina esté subsumida a mi imagen de ella, el momento en el que la última pincelada haya sido pintada y el retrato esté completo. No veo la hora de que llegue el momento en el que lo especial dé lugar a la bondad, en el que Karina sea completamente Nana”.
HF: Pero en este episodio, muchas veces se da una combinación pobre de texto e imagen. Karina no siempre aparece filmada de una manera que nos permita alinearla con las palabras que Godard lee en voz alta. Esto frustra nuestros intentos de crear una analogía entre Nana, la esposa del artista, y Karina, de un lado; y Raoul, el artista, y Godard, del otro.
KS: En el episodio 12 de Vivir su vida, Godard dramatiza su intento de “decir” o “pintar” a Karina, de subordinar la subjetividad de ella al significado de él. Incluso vuelve literal la primera de estas metáforas al leer en voz alta una escena que de otro modo sería muda. Pero, al contrario del pintor/esposo de la historia de Poe, el director/esposo no puede asimilar completamente su modelo a su arte. Las abstracciones del cine no son nunca tan absolutas como aquellas de la pintura; una película puede darnos el “retrato” de una mujer solo bajo el disfraz del “modelo”. Y debido a que el cuerpo y la voz de Karina proveen los soportes necesarios, e imposibles de erradicar, para la ficción de Nana, también ella se vuelve uno de los enunciadores de Vivir su vida. El propio Godard lo sugiere en el episodio 12. A través de la mala combinación entre el cuerpo de Karina y el texto de Poe, él alegoriza todos los modos en los que se podría decir que ella “le responde” desde el lugar de Nana, transformando el monólogo autoral en un diálogo intersubjetivo. Godard también invierte la historia de Poe al final de Vivir su vida. Mientras que en “El retrato oval” es la mujer quien muere, y su equivalente artístico sobrevive, aquí la fórmula se invierte: Nana es asesinada, pero Karina vive.
HF: En la última secuencia de Vivir su vida, se muestra a Raoul conduciendo un coche con Nana y los otros proxenetas, en dirección al lugar donde ella será intercambiada por un precio previamente acordado. En el camino, se nos muestran más detalles documentales: el Arco del Triunfo, gente comprando en una calle de París, gente haciendo fila para una proyección de Jules y Jim, de Truffaut. Estas imágenes dicen: “Esta es una historia verdadera. Estos eventos sucedieron realmente”.
KS: Y luego el documental da lugar, de manera enfática, a la ficción. Mucho antes de que Nana y los otros lleguen al lugar del encuentro, la cámara ya se ha instalado ahí. Se apura para llegar al lugar de la muerte de Nana, como si arribara a una culminación largamente esperada, y luego esperara a que la narración la alcanzara.
HF: En un par de minutos desde la llegada de Nana, primero la han intercambiado, y luego asesinado de manera indiferente, con la negación más radicalmente imaginable de su carácter “especial”. Raoul se va en coche, dejando atrás su cuerpo sin vida. Los otros proxenetas hacen lo mismo. Solo la cámara se queda con Nana, y durante dos largos minutos la homenajea por su “bondad”.
KS: Nana es un animal con un exterior y un interior. Si se le quita el exterior, hay un interior. Si se le quita el interior, se ve su alma.