Un campo compartido de atención sensorial

27 diciembre, 2019

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El 26 de noviembre presentamos el libro El tiempo es lo único que tenemos. Actualidad de las artes performativas en Fundación Cazadores de Arte. Primero, las compiladoras Bárbara Hang y Agustina Muñoz, junto con Malena Rey, coordinadora de producción editorial de Caja Negra, hicieron una breve introducción sobre cómo surgió este volumen y qué lugar ocupa en nuestro catálogo.

Luego Silvio Lang y Diana Szeinblum, ambxs autorxs incluidos en el libro, leyeron un fragmento del capítulo “Lo que escapa…”, un diálogo entre Tim Etchells y Adrian Heathfield en el que discuten acerca del tiempo, la performance y la conjugación de estos dos elementos en el contexto del acelerado y mercantilizante capitalismo en el que hoy vivimos.

“Las performances que tienen lugar en largos períodos de tiempo poseen un tipo de incorrección en su ubicación y presencia dentro de la cultura: ellas exceden las convenciones institucionales sobre la programación y la naturaleza de un evento. Una de las cosas que para mí caracteriza a estas duraciones es la alteración de los sentidos. Así que, para mí, una performance duracional se trata de un pasaje de tiempo que provoca que la atención sensorial del tiempo se reforme a sí misma. Mi opinión más básica sobre las obras duracionales es que nos arrojan dentro de los fenómenos o proponen  relaciones con las personas, cosas o representaciones que nos permiten experimentar el tiempo y los valores de esos  objetos de un modo diferente.  Esa es la dinámica del escape en la performance duracional, su capacidad de sacarnos del  pensamiento y la experiencia habitual y sedimentada. Otro aspecto o afinidad compartida de la duración es el agotamiento, ya sea del performer o del espectador. La larga  duración casi siempre implica algún tipo de testeo de los límites del cuerpo-mente del espectador o del performer, de la capacidad de actuar y pensar. Y también un testeo de los límites de las ideas, en el que las paradojas se vuelven aparentes y las certezas pueden deshilacharse. Podríamos ver la duración como un encuentro en los límites; para mí, eso es un encuentro lleno de escape: una condición en la que las personas y las cosas caen y fallan y, consecuentemente, se transforman, dejando atrás el estado en el que se encontraban y entrando en otros estados todavía desconocidos.”

“¿Cuál es la relación del cuerpo con el escape en la performance? Lo que me resulta más fácil es decir qué es lo que ella no es. No es un escape del cuerpo de un modo u otro,  de la materialidad de la  carne. No es una trascendencia del  cuerpo, una salida de las condiciones corporales, sino un  escape hacia dentro de ellas. Lo que ocurre muy a menudo en la performance es un movimiento de los espectadores y  de los performers hacia un campo compartido de atención  sensorial, provocado por las condiciones estéticas propias  de ser testigos del evento. Hay un llamado de atención sobre los sujetos, las cosas y los fenómenos. El modo en que  esto se relaciona con la  escena social, con la situación de  triangulación que mencionaste es que  uno se vuelve consciente de que uno no es un cuerpo. Esto ocurre individual y colectivamente. De modo que ese  ‘yo’ se realiza como un ‘nosotros’ y, al mismo tiempo, un ‘nosotros’ preestablecido (un cuerpo social) se expande  rápidamente con diferencias perceptibles. Juntos nos volvemos conscientes de que sea lo que sea ese ‘nosotros’, o lo que nosotros somos ‘juntos’, no es algo contenido o algo unitario o algo que posee una integridad estable. Más  bien, es algo inestable, envuelto en otros cuerpos que se  interconecta, se desplaza y se despliega incontrolablemente entre nosotros.”

Cuando terminaron la lectura realizaron una performance de movimientos lentos y pausados a la que poco a poco y espontáneamente empezaron a sumarse personas del público hasta formar un grupo de veinte participantes.

Para concluir, otra autora que es parte de la antología, la artista noruega Mette Edvardsen, recitó un poema delante de una pantalla en la que iban apareciendo las palabras al tiempo que ella las leía. Aquí compartimos el texto:

empezar con
el pensamiento
de que empezar
con un pensamiento
y permitir que
la presión de pensar
en el pensamiento
lo disuelva
que deje
a la presión
disolver
este disolver es
una solución
escribe él
es una
solución y
por ahora
alcanza
se desvanece
en la distancia
y al final
de la página
obsolescencia
leo
qué linda
palabra
el proceso
gradual
de volverse
obsoleta o
anticuada y
nunca más
usada
dice
las cosas están
cambiando
demasiado rápido
para permitir
nociones como
permanencia
obsolescencia
programada
repito
las palabras
y sé
que él no está
hablando
sobre cómo
el término
fue usado primero
para explicar
la pérdida
repentina
del valor de los
rascacielos
a medida que los nuevos
y mejores
siguen
superando
a los viejos
el tiempo de vida
arquitectónico
promedio
calculado
de los edificios
como para bosquejar un
estimativo
para su
inminente
obsolescencia
en el horizonte
o en el aire
por así decirlo
debido
a sus
funciones y
gustos
siempre variables
se cree que
los hoteles se
volverán
obsoletos
antes que
los bancos
pero yo creo
qué él quería decir
otra cosa
palabras escritas
solamente
en minúscula
letras
por razones
estéticas
dice
es muy hermoso
y
antijerárquico
es horizontal
pensar
una línea
larga
continua o
un pensamiento
que se desvanece
en la distancia
una palabra trae
a la otra
y así
va
sin agarrarse
de nada
de ninguna cosa
ningún cuerpo
ella trajo
a su perro
estuvo echado
abajo de la mesa
o abajo de su silla
todo el día
dijo
que la escritura
empezó con
el big bang
y por lo tanto
también la lectura
no puedo
imaginar una
sin
la otra
estoy
escribiendo
no leyendo
son dos
lados de la
misma moneda
y
en algún punto
intermedio
estoy
a la escucha
de un
silencio
quizás
o de
alguna otra cosa
que me lleve
más cerca de
un lugar
donde pueda
pensar sentir escuchar
y cambiar
por un momento
cómo son las cosas
hasta que
guste o no
llega
un punto en el que
la línea
o el pensamiento
se termina
no porque
esté terminado
no lo está
entonces me aferro
con miedo
temblorosa
como king kong
no pude resistir
el subidón
y la caída
este no es
un sitio para encontrarse
sin perderse
mutuamente
tiemblo
como si
hubiera
una salvación
la utopía
no es un sueño
dice él
es lo que
nos
falta
en el mundo
y me aferro
a eso
que
falta
uno vive
en la esperanza
el otro
en el recuerdo
más o menos
posible
más o menos
habitable
construyendo
un mundo
verso por verso
uno
sobre
el otro
para
poder estar ahí
en pausa
por un poco
más
cuánto
más
no lo sé
hasta que se
disuelve
en la nada
y ese sí es
un buen lugar
para empezar de
la nada
dibujo una línea
que no
es una línea
es más
como un hilo
y después
cambio hilo
por lápiz
y lo sigo
y me voy
abriendo
paso
siento la
fuerza
gravitacional
del lápiz hacia
el papel
por así decirlo
en la leyenda
es un hilo
en la realidad
es  algo más
un pensamiento
quizas
o un lápiz
y sigue
así
el proceso
gradual
de volverse
obsoleto o
simplemente
usado
como el lápiz
por ejemplo
mientras más largo
el texto
más corto
el lápiz
hasta que
ya casi
no hay nada
a lo que aferrarse
o con lo que escribir
obsolescencia
programada
será esto
lo que quiso decir
herramientas
y máquinas
o tecnología
descripciones
pasajes
imagina páginas
enteras
o párrafos
papel
recuerdo
él dice
que quiere </span
empezar con
la idea de que
todo ya
existe
que es un acto
de resistencia
todo está
conectado con
todo lo demás
y lo que
no podemos
entender es
lo que nos
une
estándares
protocolos
consejos
propuestas
planes
programas
paradigmas
claves
atributos
comportamientos
contratos
ideas
creencias
convicciones
entendimiento
distancia
agarro
el hilo y
lo
anoto
en un pedazo
de papel
cuánto más
largo
no mucho
sólo este
único pensamiento
en pleno vuelo
y
que se desvanece
en la distancia
al final
de la página

*Agradecemos a Nacho Correa (@correabelino) por las fotografías del evento incluidas en esta entrada y a Tomás Fadel por la traducción del poema.